Nos pasamos la vida esperando
creyendo que tras esa espera se encuentra la muñeca que nos dará la mayor felicidad
o que después de aprobar el carnet de conducir no necesitaremos nada más para
vivir, pero lamentablemente en el guión de la vida no existen las esperas ni las
verdades absolutas. La verdad es que, en alguna ocasión los reyes se confundirán
de regalo, el día del examen los nervios te jueguen una mala pasada y te saltes
un STOP ganándote así un suspenso y que el trabajo de tus sueños solo ofrezca
dos plazas vacantes en la otra punta del mundo. Es en ese momento, cuando
después de quitar el envoltorio y ver que esa no era la muñeca que habías
pedido cuando te das cuenta de que fue realmente la espera lo que te mantuvo vivo
cada día.
Cuando llegamos a ese punto algo
en nosotros cambia. Es el momento de hacer una bola de papel con el guión de
nuestra vida y lanzarlo a la papelera. A partir de entonces, todos los días
serán 6 de enero, exámenes finales o graduaciones sin previo aviso y la
improvisación como sustituta de la espera será la encargada de mantenernos
vivos, porque para sorpresa de muchos, la vida es aquello que pasa mientras
esperamos.
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