19 septiembre, 2013

EN EL HORIZONTE

Suele ocurrir a menudo, cuando comenzamos a divisar en el horizonte que la luna cada vez está más cerca de la tierra y la oscuridad va dejando paso a los primeros rayos de sol, un sentimiento de añoranza y nostalgia comienza a golpearnos el pecho. Y es entonces cuando decidimos exprimir cada minuto de esa noche y guardar en la retina cada resquicio de lo que está a punto de terminar. Y ese loco sentimiento que en algún momento ha pensado en darle al botón de “pause” y quedarse a vivir para siempre en ese momento, en ese ahora,  no es tan loco como parece. Por lo general, la gente siente nostalgia ante el final de una gran etapa, es normal querer parar en algún momento de nuestras vidas, pero ese parón no va a llegar, al menos por ahora, porque los rayos de sol me han confesado que traen buenas nuevas a plena luz del día.

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