12 marzo, 2012

LECCIONES QUE MARCAN VIDAS

Hay frases, verdades, personas y lecciones que marcan y condicionan nuestra vida. Nada más llegar a la escuela nos enseñan esa que dicen que es la lección más importante, esa que dice que “vivir es compartir”. En el mismo momento en que nos la explican, comienzan los problemas. Cuando tienes 3 años no comprendes por qué razón debes prestarle tu precioso estuche de pinturas a tu compañero. Tan complicada resulta esa verdad que ni aunque pasen los años conseguimos llevarla a la práctica.

Siempre hay excepciones y están aquellos a los que el compartir sus pinturas o su helado favorito no les importa. Por lo general, los más generosos suelen ser aquellos para los que compartir es sinónimo de vida, y conciben el compartir su vida como una necesidad vital. Pero también, están los primeros, los que con 3 años se negaban a prestar su estuche, no por egoísmo sino por precaución y protección. Estos valoran tanto todo aquello que les rodea que prestarlo supone un riesgo que no siempre conviene correr.
El simple hecho del estuche se puede extrapolar a la vida de los generosos y de los que no lo son tanto y podemos observar que esta escena se repite en cantidad de momentos rutinarios. Cada uno de nosotros sabe cuando quiere compartir parte de sus palomitas en el cine, su cama o su mayor secreto. Este préstamo llega cuando sentimos la necesidad de compartirlo y no cuando se supone que tenemos que hacerlo, porque otra de las lecciones más importantes es que “todo llega cuando menos te lo esperas”. 

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