29 abril, 2012

CUANDO NO HAY VUELTA ATRÁS

Cuántas veces hemos querido volver atrás, atrasar las manecillas del reloj, desdibujar la equis que tachó ese día en el calendario o probar esa máquina del tiempo tan presente en la ficción y tan ausente en la realidad. Pero por más que cerremos los ojos y deseemos volver atrás para llegar a tiempo a una despedida, pedir disculpas o parar en seco y darte media vuelta, lamentablemente los saltos en el tiempo aún no están inventados y los investigadores por el momento no se han planteado estudiarlo.

Parece ser que no nos queda otra que seguir viviendo asumiendo que aquí no existe la marcha atrás ni los deja vu y que el arrepentimiento es la antesala a una nueva lección. Todos a menudo hemos deseado volver atrás para hacer o deshacer una acción pero siempre nos encontramos con esa misma realidad en forma de pared que nos impide hacerlo. Por eso podemos intentar escalarla pero muchos otros fallaron en el intento o podemos construir nuevos caminos, puentes que nos lleven no a ese día pasado sino a aquellos que están por llegar.
Ya lo apuntó Isaac Newton y es que “los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes” por ello muchas veces nos atascamos y rezamos que exista esa máquina del tiempo que nos haga volver atrás pero la verdadera salida es seguir caminando sabiendo que cada cosa que hagamos o no hagamos, digamos o callemos tendrá consecuencias en un futuro próximo o lejano y que sin duda, nos condicionaran a nosotros mismos. Por eso, apuntemos en nuestro cuaderno de bitácora eso que no queremos volver a hacer o aquello que no queremos quedarnos sin vivir para no visitar más veces la sala del arrepentimiento. 

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