Por lo general, Pepito Grillo
siempre aparece en esas situaciones que, sin nosotros saberlo, se convertirán en
los mejores recuerdos de nuestras vidas, y cada vez que miremos atrás y veamos
a lo lejos aquellos baños nocturnos o aquel fin de semana callejeando Madrid con
absoluta rotundidad diremos “qué buenos tiempos”.
Y sí, aunque nos hagamos mayores
y a las 4 de la mañana nos empiecen a doler los pies y nos queramos ir a casa
porque ya no aguantamos como cuando teníamos 18 años, la locura es algo que no
deberíamos perder porque es ella quien nos impulsa y nos quita la careta del
miedo y de la vergüenza cuando necesitamos que alguien nos dé un empujón para
lanzarnos a vivir planes locos de fin de semana o besos furtivos que serán el
elixir de nuestra vida que, después de todo, no sabemos cuánto durará. Y cuando
llegue el final, si tienes que arrepentirte hazlo de aquello que hiciste no de
aquello que no llegaste a hacer por miedo a…
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