15 abril, 2012

“¿Y SÍ LUEGO ME ARREPIENTO?”

No falla, cada vez que pensamos en un plan loco de fin de semana, cada vez que un arrebato nos empuja a saltar la valla y bañarnos en la piscina de noche, cuando decidimos seguir una corazonada a pesar de que tras ella venga un ejército de consecuencias o cuando decidimos besar a la persona que tenemos en frente sin pensar en mañana, siempre ocurre, dura una milésima de segundo, tiempo suficiente para que por nuestra mente aparezca la responsabilidad, esa conciencia en forma de Pepito Grillo que nos hace esa maldita pregunta, “¿Y si luego me arrepiento?”.

Por lo general, Pepito Grillo siempre aparece en esas situaciones que, sin nosotros saberlo, se convertirán en los mejores recuerdos de nuestras vidas, y cada vez que miremos atrás y veamos a lo lejos aquellos baños nocturnos o aquel fin de semana callejeando Madrid con absoluta rotundidad diremos “qué buenos tiempos”.
Y sí, aunque nos hagamos mayores y a las 4 de la mañana nos empiecen a doler los pies y nos queramos ir a casa porque ya no aguantamos como cuando teníamos 18 años, la locura es algo que no deberíamos perder porque es ella quien nos impulsa y nos quita la careta del miedo y de la vergüenza cuando necesitamos que alguien nos dé un empujón para lanzarnos a vivir planes locos de fin de semana o besos furtivos que serán el elixir de nuestra vida que, después de todo, no sabemos cuánto durará. Y cuando llegue el final, si tienes que arrepentirte hazlo de aquello que hiciste no de aquello que no llegaste a hacer por miedo a… 

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