14 diciembre, 2012

LA LISTA DE DEFECTOS

Lo reconozco, tengo defectos. Al igual que el resto de humanos, tengo una lista de virtudes y una de defectos. Ya que hablar de las virtudes propias dicen que es de prepotentes, hablemos de la otra, de la de defectos. Uno de los mayores defectos que colecciono desde que era pequeña es la manía que tengo de apostar por lo complicado, por el camino más rocoso o por el color que menos probabilidades tiene de salir en la ruleta. Esa cabezonería, para unos, y empeño, para otros, la mayoría de las veces me ha llevado a desesperaciones por no conseguir alcanzar los objetivos, a repetir caídas por no mirar que el camino por el que piso está lleno de piedras o a perder tiempo en apostar por el negro a sabiendas de que las probabilidades de que saliese el rojo eran mayores.  

Y ese defecto vive conmigo desde hace veintiún años. Nos hemos convertido en inseparables y sé que estará acompañándome hasta que decida elegir no lo fácil pero sí la opción correcta o cuando decida tomar un camino menos abrupto o cuando divida mis apuestas a partes iguales y no me lo juegue todo a una sola carta. Pero hasta entonces sé que seguiré en mi empeño por escoger lo difícil frente a lo fácil porque como bien saben los que comparten esta cabezonería, por desgracia, los humanos somos esa especie que prefiere complicarse la existencia con deseos de cosas imposibles.

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