15 febrero, 2014

TIEMPO, SOLO ESO, TIEMPO

Sí algo detesto de los grandes avances tecnológicos, científicos y médicos es lo tremendamente vulnerables, dependientes y solitarios que nos han vuelto. Nos hemos acostumbrado a la exactitud de su trabajo y a lo perfectas que han convertido nuestras vidas. Ahora, salvo aquel que aún no controla los tiempos, desayunamos mientras regalamos a nuestros paladares auténticos momentos de placer, la taza de café está en su punto exacto y la tostada horneada justo como nos gusta. Nos acostamos después de sintonizar la aplicación móvil que ocho horas más tarde nos hará un exhaustivo control de las fases de nuestro sueño. Y las semanas de rehabilitación completarán un perfecto postoperatorio antes de lo previsto.

Ahora, en pleno siglo XXI controlamos los tiempos gracias a las herramientas que tenemos a nuestro alcance. Herramientas que han sido diseñadas para hacernos la vida más fácil pero que conllevan, también, ciertas contradicciones que prácticamente nadie conoce por no haberse leído las instrucciones. Pero habrá un día en el que un giro inesperado o un revés pondrán patas arriba nuestra vida, nos sorprenderán dejándonos indefensos y sin saber qué hacer. Casi sin darnos cuenta nos hemos acostumbrado a lo fácil, nos hemos dejado llevar por la perfección y nos hemos vuelto unos auténticos maniáticos del orden.


Sin embargo, cuando algo que no teníamos previsto sucede, se planta delante de nuestras narices y vuela por los aires nuestros planes es cuando paramos en seco sin saber qué hacer. Nos hemos mal-acostumbrado a tenerlo exactamente todo bajo control y hemos olvidado dejarle tiempo a la improvisación. Hay  hechos, personas y noticias que aparecen y desaparecen sin avisar pero simplemente su aparición o desaparición supondrán  una menor o mayor consecuencia en nosotros. Precisamente esa consecuencia, ese estado en el que nos quedamos después de que ese algo aparezca o desaparezca de nuestro camino es lo que nos inquieta y confunde, ya que, ni los avances tecnológicos ni los científicos ni siquiera los médicos nos darán la clave para seguir nuestro camino.

Al principio nos perturbará y confundirá el hecho de no tener las cosas bajo control pero cuando comprendamos que cada uno tiene sus propios métodos y necesita su propio tiempo para continuar y adaptarse a la nueva situación será cuando realmente podamos seguir adelante. Y estos “imprevistos” podrán sorprendernos en cualquier momento o en cualquier mañana en la que se nos quemen las tostadas y el tostador nos recuerde que no somos tan perfectos ni tenemos todo bajo control ni mucho menos controlamos los tiempos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario